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San Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei, nació en Barbastro (Huesca) el 9 de enero de 1902. Cuando tenía 2 años, fue llevado por sus padres a la ermita de Torreciudad para agradecer la curación de una grave enfermedad. En 1975, bajo su impulso, abrió sus puertas el nuevo santuario. Cientos de miles de fieles siguen acudiendo a la intercesión de Santa María bajo esta advocación milenaria.

En una carta de junio de 1967 dejó escrito: Un derroche de gracias espirituales espero, que el Señor querrá hacer a quienes acudan a su Madre Bendita ante esa pequeña imagen, tan venerada desde hace siglos. Por eso, me interesa que haya muchos confesonarios, para que las gentes se purifiquen en el santo sacramento de la penitencia y –renovadas las almas- confirmen o renueven su vida cristiana, aprendan a santificar y a amar el trabajo, llevando a sus hogares la paz y la alegría de Jesucristo: la paz os dejo, la paz os doy.

Qué es el Opus Dei: buscar a Dios en la vida ordinaria
El Opus Dei, fundado en 1928 por san Josemaría Escrivá de Balaguer, es una institución de la Iglesia Católica, cuya misión consiste en difundir el mensaje de que el trabajo y las circunstancias ordinarias son ocasión de encuentro con Dios, de servicio a los demás y de mejora de la sociedad. Más información

El nuevo santuario

El nuevo templo y sus edificios anexos es obra del arquitecto Heliodoro Dols. Destaca por la variedad de formas que logra crear con un material básico, el ladrillo. Es una obra de arte que interpreta de un modo creativo los elementos constructivos tradicionales en Aragón.

El retablo

En el interior de la iglesia destaca el retablo realizado en alabastro por el escultor catalán Joan Mayné. El conjunto está inspirado en los retablos tradicionales de las grandes iglesias y catedrales de Aragón. Las escenas policromadas representan distintos momentos de la vida de la Virgen María. En su camarín se contempla la misma talla románica de Nuestra Señora de Torreciudad que se encontraba en la ermita. Sobre una peana situada a la izquierda hay una imagen de san Josemaría, esculpida en alabastro también por Joan Mayné: aparece arrodillado en actitud orante hacia el sagrario del retablo.

Debajo se puede acceder al GIGAPAN del retablo, una nueva técnica fotográfica de alta resolución que permite acercarse con el ratón del ordenador o con los dedos en la pantalla del móvil hasta los detalles más pequeños de las escenas que lo componen. Puede apreciarse desde el anillo que san José va a colocar a la Virgen María en la escena de los Desposorios hasta el bellísimo rostro de Nuestra Señora en su Coronación, pasando por el águila representada bajo la escultura de san Pedro o los angelotes que rodean la talla de la Virgen de Torreciudad.

El Cristo

En el lateral izquierdo, la capilla del Santísimo alberga un sagrario y una imagen de Cristo en la Cruz obra del escultor italiano Sciancalepore. Es de tamaño natural y está realizada en bronce dorado. El artista nos presenta a Cristo todavía vivo, sin la herida abierta por la lanza en su costado.

El medallón

Detrás del retablo se encuentra el medallón, que estaba sujeto antiguamente con una cinta a la talla original de Nuestra Señora de los Ángeles de Torreciudad. La imagen de la Virgen, muy desgastada por los besos de los romeros durante siglos, se ofrece actualmente también a la veneración de los fieles.

El órgano

El interior del santuario alberga dos órganos. Su construcción y armonización estuvo dirigida por el maestro organero Gabriel Blancafort que los equipó con 4.072 tubos y 25 campanas tubulares. Dan solemnidad a la liturgia y acompañan la oración personal. Cada año, en el mes de agosto, el Ciclo Internacional de Órgano convoca a organistas de renombre internacional.
En la planta baja se encuentran las capillas de confesionarios dedicadas a Nuestra Señora de Loreto, la Virgen del Pilar y Nuestra Señora de Guadalupe. También está la capilla de la Sagrada Familia y la galería de advocaciones marianas, que muestra una selección de las más de quinientas imágenes de la Virgen María venidas desde diferentes partes del mundo y traídas por grupos de fieles como recuerdo de su peregrinación.
Repartidos por el recinto del santuario están representados en cerámica los veinte Misterios del Rosario, obra del artista aragonés José Alzuet.
Desde la carretera que lleva a la pequeña ermita, parte un camino entre rocas y olivos jalonado por las 14 estaciones del Via crucis que concluye en lo alto de la explanada.
Bajando desde la explanada principal a la primitiva ermita se disponen las escenas de los Dolores y gozos de san José, catorce momentos de la vida del esposo de María realizados en azulejos por Palmira Laguéns.

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