Hace unas semanas estaba esperando respuesta de un trabajo, con mucha expectativa e incertidumbre, sobre todo porque el proceso fue muy rápido al inicio pero, justo cuando iba a llegar la decisión final, se dilató más de lo esperado.
El hecho es que yo anhelaba saber la decisión pronto, ya fuese que «sí» o que «no», para poder avanzar con otros planes que había dejado en pausa. Le rezaba a san Josemaría para que se resolviera todo cuanto antes, y también para que me ayudara a llevar la espera con paciencia y confianza.
Por esos días se lo conté a una amiga, que me dijo que encendería una vela a la Virgen de Torreciedad pidiéndole por esa intención. Y todo esto ¡desde su móvil! Me sorprendió mucho, porque no tenía ni idea de que existía esa posibilidad. Lo hizo esa misma tarde y hasta me envió la fotografía. Esto ocurría un martes, y justo al día siguiente recibí la llamada con la tan esperada respuesta: ¡Me habían seleccionado!
No me queda ninguna duda de que este último empujón fue gracias a la Virgen de Torreciudad. ¡Cuánta alegría! Espero ir pronto a darle las gracias en persona. Y muchas gracias por ofrecer esta iniciativa tan bonita de poner velas a distancia.
Analina