Me llamo Lourdes, y soy Delegada de Torreciudad en Bilbao. Hace un tiempo un matrimonio amigo de Zamora me pidió que me hiciera cargo de una capilla familiar de la Virgen de Torreciudad, ellos ya son muy mayores y no podían continuar con el encargo. Regresando en el coche con la Virgen de copiloto, mantuve una conversación con Ella y le dije: «qué suerte viajar contigo y tenerte luego en casa». Iba feliz con mi pensamiento y se me ocurrió: «no puedo guardarme este privilegio para mí sola, la Virgen quiere y puede hacer mucho, y hay muchas familias que le esperan».
Y dicho y hecho: fue tal la acogida y la cantidad de favores que hizo en los hogares por donde pasó, que tuve que pedir otra. Y este fin de semana, con ocasión de la Reunión Anual de Delegados, he recogido una nueva que tengo la suerte de apadrinar también. Un ejemplo entre muchos: Alex y Vanesa, junto a sus hijos María del Mar y Gabriela, ya han acogido en su casa varias veces a la Virgen, están enamorados. Aún no han podido ir al santuario, pero acabamos de programar un viaje para mayo. Y hasta que llegue ese momento me han dicho: «vamos a entrar en la web de Torreciudad para hacerle llegar a la Virgen nuestras peticiones».