Miriam nos escribe este testimonio de agradecimiento a la Virgen de Torreciudad con el deseo de que lo publiquemos:
«Después de 8 años opositando, por fin puedo decir que lo conseguí. Pero no fue fácil.
Tras 2 años estudiando a tiempo completo, empecé a trabajar como interina en varias bolsas. Hasta que salió la oportunidad: 20 plazas de Administrativo en el Ayuntamiento de Alcoy (sin puntos por méritos), donde resido y he trabajado de interina. Desde el primer momento mi marido y yo pusimos toda la carne en el asador: las mejores clases, temario especializado y mucho esfuerzo. Pero la competencia era feroz.
Somos Delegados de Torreciudad y este año apadrinamos una capilla familiar para que la Virgen visitara casas en Alcoy. Pero antes de repartir favores… necesitábamos uno nosotros.
En cada examen (tres en total) le pedimos intensamente a la Virgen y le fuimos a visitar al santuario en peregrinación. El último fue especial: volvíamos de un viaje y tuvimos que desviarnos una hora de ida y otra de vuelta, en medio de la niebla y con -2° C. Llegamos a las 14:00 h. y, como el santuario estaba cerrado, solo pudimos rezar desde la puerta de cristal, viendo el retablo y la imagen de la Virgen. Ahí, con todo nuestro corazón, le pedimos la plaza fija.
Resultados: de 600 personas sólo aprobamos 28. Yo, la última. ¡Sin plaza! Aún así, seguimos rezando para que hubiera algún cambio en las calificaciones.
Dos semanas después… ¡anuncian 8 plazas extra y entro de milagro!
Clarísimo: la Virgen movió ficha. ¡No hay otra explicación!»