“He podido sentir la gradeza de la Creación”

15 de noviembre de 2004

El obispo de Estocolmo, mons. Anders Arborelius, asistió el pasado sábado al Santuario de Torreciudad procedente de Pamplona tras participar en un encuentro sobre Teología celebrado en la Universidad de Navarra.

Durante la visita, el prelado estuvo acompañado del rector de Torreciudad, Javier Mora-Figueroa y Borja de Salas, presbítero aragonés que trabaja en la diócesis del país sueco desde hace veinte años. A lo largo de la jornada visitaron distintos rincones del santuario como la antigua Ermita, la Cripta de confesionarios, la galería de advocaciones marianas y celebró la Eucaritía en el altar mayor.

Después de recorrer los exteriores del templo mariano, Mons. Arborelius conmovido por el entorno natural que lo rodea, dijo que “la naturaleza es algo muy importante que ayuda a las personas a elevar nuestras plegarias a Dios y con este ambiente es casi imposible no acordarse de Dios”. Asimismo, también apuntó que “en Torreciudad se puede sentir la gradeza de la Creación, que siempre es una alabanza hacia el Señor, y es una maravilla que en medio de este paisaje haya un lugar destinado a la oración”.

Tras recorrer las tres capillas de la Cripta de confesionarios, el obispo, reconoció que los peregrinos que acudan al santuario “se darán cuenta que la vida es un don de Dios y la confesión es lo mejor para cuidar este don que Dios nos ha confiado”.

En la antigua Ermita dejo escrita una breve plegaria en el ‘Libro de la Virgen’ destinado a las peticiones de los peregrinos, “confiándole mi diócesis de Suecia”. En este sentido, también señaló que durante la Misa había rezado por la unidad de toda la Iglesia “porque creo que hoy en día, para los no creyentes, es la señal más importante: a través de la unidad con el Santo Padre y todos bajo una misma fe donde quiera que vivamos. Es un testimonio importante mostrar que es posible vivir juntos y creo que este santuario tiene una ocasión profética de demostrarlo ya que la Virgen es la Madre de todos los pueblos”. Finalmente, dijo que para él “ha sido una ocasión muy bonita ver lo que se hace y admiro verdaderamente el espíritu de oración, silencio y vida apostólica que hay en el santuario”.

Datos de la diócesis
El obispo Arborelius, converso al catolicismo con 20 años, pertenece a la orden de los Carmelitas descalzos y dirige la diócesis de Estocolmo desde hace seis años. Se trata de la única sede eclesiástica que hay en Suecia, compuesta por 9 millones de habitantes de los que el 2% (150 mil) son católicos, atendidos por 60 sacerdotes: de ellos, la mitad secular y la otra mitad religiosos. La población católica está compuesta en su mayoría de polacos y croatas que llegaron al país a trabajar en los años 60. En los 90 la inmigración procedió mayormente de latinoamérica y en la actualidad son millares de refugiados iraquíes los que están entrando en el país, la mayoría católicos de rito caldeo.

Por la tarde, antes de seguir camino hacia Zaragoza para conocer el Pilar, el obispo sueco ha visitado la Catedral de Barbastro, la casa natal y la iglesia de San Josemaría.

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