Palma del Río, Córdoba, Andalucía

El 3 de octubre de 2015 un grupo de peregrinos de Palma del Río entregó está imagen de la Virgen de Belén.
INFORMACIÓN SOBRE ESTA ADVOCACIÓN
El culto a la Virgen de Belén goza de gran antigüedad en Palma. Algunos historiadores nos hablan de la existencia de una ermita dedicada al culto de la Virgen en el lugar que hoy ocupa el Convento de San Francisco (Guadalupe, 1662). Fray Ambrosio de Torres nos dice que el VII Señor de Palma, Luis Portocarrero, encargó a su hijo Luis que acabase el edificio situado en la «Casa de Belén de Palma» para que pudieran venir aquí los monjes del Convento de San Luis del Monte. Esta voluntad aparece recogida en el testamento que Luis Portocarrero otorgó en Palma el 4 de enero de 1503. Podemos concluir pues que la devoción a la Virgen de Belén se remonta, al menos, a finales del siglo XV. No sabemos exactamente cuándo se inicia la devoción a la Santísima Virgen bajo la advocación de Belén en Palma del Río. Lo más probable es que llegara en la Edad Media.
En 1236 Fernando III conquistó Palma y este rey era muy devoto de la Virgen. Ordenó que la Mezquita de Palma fuera consagrada a la Virgen María, que pasó a llamarse Iglesia de Santa María.
En aquellos años llegaban las Órdenes Militares que habían participado en las Cruzadas en Tierra Santa, así como de órdenes mendicantes, entre ellos los franciscanos encargados de custodiar los Santos Lugares, los cuales introducirían en la España reconquistada devociones relacionadas con Tierra Santa: Santo Sepulcro, Vera Cruz y Belén.
También es probable que los repobladores norteños que llegaron a Andalucía trajeran una devoción a la Virgen de Belén que ya existía en los siglos XI y XII en el Norte Peninsular. El origen de la devoción estaría en una aparición milagrosa de la Virgen en un cerro junto al Guadalquivir, junto a un manantial natural de agua, a un pastor. Tras el hecho milagroso se supone que se levantaría una ermita, que se conocería por primera vez documentalmente en 1436, cuando se menciona en el testamento de Francisco Portocarrero (cuya familia ostentaba el señorío de la Villa), lo que indica que en el siglo XV tendría gran devoción. En 1507, la Reina Juana otorga el título de Condes a los Señores de Palma, la citada familia Portocarrero. El I Conde Luis Portocarrero fomentaría en Palma la fundación en 1518 de un Convento Francisco al que se pondría bajo la advocación de Nuestra Señora de Belén.
Por lo tanto, durante un tiempo hay mención a dos lugares de devoción: la Ermita a orillas del Guadalquivir y el Convento franciscano. En uno de los traslados de la primitiva Virgen de Belén a la Parroquia, en 1753, ésta arde fortuitamente, teniéndose que encargar una nueva al imaginero cordobés Alonso Gómez de Sandoval. En el siglo XVIII, concretamente en 1781, el pueblo pide oficialmente el nombramiento de la Virgen de Belén como Patrona, otorgada finalmente en 1806 por el Papa Pio VII. Una Cofradía cuyos estatutos, redactados en 1823, son aprobados por el rey Fernando VII en 1829.