Aparecida, Sao Paulo, Brasil

Un grupo de devotos acudió desde Porto Alegre, para depositar esta imagen en el santuario de Torreciudad, el día 16 de febrero de 2001.
INFORMACIÓN SOBRE ESTA ADVOCACIÓN
En octubre de 1717, el Conde de Assumar, entonces Gobernador de Brasil, visitó Guaratinguetá. Como aquellos eran días de abstinencia de carne, Felipe Pedroso, Domingos Martins García y João Alves se encargaron de buscar otro tipo de comida para el ilustre visitante y su séquito. Después de algunos intentos decepcionantes, los pescadores encontraron en sus redes una imagen de terracota que representaba la figura de la Inmaculada Concepción. Fue atrapada dos veces: la primera vez encontraron el cuerpo y la segunda la cabeza. El hecho ocurrió en el Puerto de Itaguazú. Como en los relatos bíblicos, la pesca sucesiva fue extremadamente abundante.
Los piadosos pescadores y sus familias fueron a rezar todas las noches ante la imagen de la Virgen Inmaculada en la casa de Felipe Pedroso. Más tarde, construyó un pequeño oratorio donde colocó la imagen que apareció. Todos los sábados, los vecinos y la gente que lo sabía se reunían para rezar el Rosario. A partir de entonces, los milagros comenzaron a ocurrir y la gente comenzó a llamar a la imagen Nuestra Señora Aparecida. En 1745 se inauguró la primera capilla; en 1842 se inició la construcción de un templo, que se inauguró el 8 de diciembre de 1888 y, en 1893, se elevó al Santuario de Nuestra Señora de la Concepción Aparecida. En 1904 tuvo lugar la solemne coronación de la imagen a petición del Papa San Pío X; en 1930, Pío XI la declaró y la proclamó «Reina y Patrona de Brasil». En 1967, el Papa Pablo VI ofreció la «Rosa de Oro» a la Basílica de Aparecida con motivo del 250 aniversario de la aparición de la imagen. La actual Basílica Nacional fue inaugurada solemnemente en 1980 por el Papa Juan Pablo II.