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Abidjan, Costa de Marfil

 

Un grupo de Costa de Marfil, liderado por Madame Toppé, vino a Torreciudad el 11 de octubre de 2002, a su regreso de la canonización de San Josemaría, que había tenido lugar el día 6. A la vez llegaba también un grupo de argentinos que llevaban una réplica de la Virgen de Luján con la que fueron en procesión hasta el santuario. Los marfileños se sumaron a la procesión pensando que, de haberlo sabido, ellos también hubieran traído una imagen de su país. Este proyecto pudo hacerse realidad año y medio después, el 17 de mayo de 2004, día en que trajeron a Torreciudad una réplica de Notre Dame d’Afrique, Mère de Toute Grâce, de Abidjan, capital del país.

El trabajo de hacer la réplica recayó en un escultor musulmán, que puso sus inconvenientes antes de aceptar el encargo. Lograron convencerle y se puso manos a la obra. Cuando Madame Toppé bajó del autobús con la imagen en los brazos nos dijo que esa Virgen ya había hecho un milagro, porque el escultor comenzó la talla siendo musulmán, pero la terminó siendo católico. A mitad de su trabajo pidió ser bautizado.

Una vez, una chica negra estaba llorando al lado de la imagen, colocada en la galería. Le preguntamos qué le pasaba, y nos respondió lo siguiente: «yo vivo en Francia… mi madre vestía igual que esta Virgen, y hoy es mi cumpleaños».

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INFORMACIÓN SOBRE ESTA ADVOCACIÓN

Juan Pablo II bendijo la primera piedra del santuario de Notre Dame d’Afrique en su visita de 1980, y se inauguró el 1987. La estatua de la Virgen, en hormigón armado pintado, mide 11 metros de altura y es obra de un joven escultor del país. Tiene los rasgos de una muchacha de Costa de Marfil, pero el peinado y la larga cinta lateral que la ciñe, con el extremo del vestido replegado en el brazo izquierdo, no pertenecen a ninguna raza particular.