San Petersburgo, Rusia

Esta imagen llegó a Torreciudad con motivo de la 3ª Jornada de los Pueblos Eslavos, celebrada el día 5 de octubre de 2008. En la primera jornada, del 16 de julio de 2006, las familias rusas y, sobre todo, ucranianas que participaron habían traído ya los iconos de la Virgen de Fátima, que se venera en Pushkin, y el icono de Pochaev, de Ucrania. Pero no llegó el mismo día del encuentro sino unos días después, de manera bastante curiosa. Un joven músico, católico ruso, llamado Ilia (Elías), que vivía en Lleida, había promovido junto con los delegados de Torreciudad estas Jornadas de Pueblos Eslavos con la ilusión de que fueran un modo de fomentar la unidad entre católicos y ortodoxos; pero Ilia, que había anunciado que traería una réplica del icono de Vladimir, tuvo que volver a Rusia antes de la tercera jornada y el icono no estaba aquí en el día del encuentro.
Unos días después, vino a Torreciudad una señora y nos contó lo siguiente: «mi marido pasa largas temporadas en San Petersburgo, por motivos de trabajo. Yo, a veces, viajo para estar con él unos días. Es lo que hice la semana pasada. Pero antes me metí en Internet para ver cosas de San Petersburgo, su historia, cosas de arte, curiosidades de la ciudad, sus museos… Sin saber por qué, me fije en uno de los músicos que aparecía en el apartado de actividades musicales, y se me quedó su cara. Cuando llegué a San Petersburgo, una de las cosas que hice mientras mi marido estaba trabajando fue ir a una iglesia católica. Entré. Me arrodillé. Noté que alguien se sentaba en mi mismo banco. Me giré y ¡era el músico de la página web! Le saludé y comprobé que sabía español; pero no me dejó hablar mucho. Me preguntó de dónde venía. Le dije que de España y me preguntó ¿cerca de Torreciudad? Yo le dije: bueno, en Barcelona, pero voy a Torreciudad la semana que viene con el colegio de mi hijo. Y él me dijo: Espera un momento que ahora vuelvo». Era Elías. Le pidió que trajera un paquete; y en el paquete estaba… el icono de Vladimir.
INFORMACIÓN SOBRE ESTA ADVOCACIÓN
La Virgen de Vladimir, la más venerada y querida por el pueblo ruso, es un icono de aproximadamente el 1133, de 77 por 55,3 cm. Es una pintura al temple sobre tabla, se conserva en la Galería Tretiakov de Moscú. Se considera el icono más antiguo de inspiración bizantina. En 1130, Lukas Chrysoberges, el patriarca de Constantinopla envió el icono como regalo al príncipe de Kiev, Yuri Dolgoruky, quien lo colocó en un convento de monjas de la ciudad. Su hijo, Andrés I Bogolyubsky lo transportó a Vladimir en 1155 de donde tomó su nombre actual. En esa ciudad construyó la Catedral de la Asunción entre 1158 y 1560 para albergar el icono.
En 1164, el icono de la Virgen de Vladímir acompañó al príncipe Andrés Bogolyubsky en su marcha victoriosa contra los búlgaros en el Volga. Se salvará milagrosamente durante el incendio que devastó la Catedral de Vladimir el 13 de abril de 1185. Tampoco sufrió daños durante la devastación de la ciudad de Batyem el 7 de febrero de 1238.
Durante la invasión de la ciudad de Vladímir por el conquistador mongol Tamerlán en agosto de 1395 el icono fue transportado a Moscú. Según la leyenda, la Virgen se apareció al Khan en un sueño, después de lo cual Tamerlán se retiró de Moscú sin luchar. En el lugar de encuentro, la “reunión” del icono, se fundó el famoso Monasterio Sretensky.
Además tuvieron lugar dos liberaciones más de los invasores, una en 1451 contra los tártaros y la otra en 1480 contra Khan Ahmat. Como homenaje a estos milagros, la Iglesia Ortodoxa Rusa celebra a la Virgen de Vladímir tres veces al año: el 3 de junio, el 6 de julio y el 8 de septiembre.
En 1480, el icono de la Virgen de Vladímir regresó a Moscú y los moscovitas lo colocaron en la Catedral de la Dormición en el Kremlin en la parte izquierda de las grandes puertas del iconostasio. La cubierta de oro macizo decorada con piedras preciosas que cubrían el icono fue confiscada más tarde por los bolcheviques.
Desde 1930, el icono de la Virgen de Vladímir ha estado en la Galería Estatal Tretyakov. Y más tarde, en 1999, en el templo-museo de la Galería Tretyakov en honor a Santa Catalina. En las principales fiestas solemnes y días festivos, se pasa a la Catedral de la Dormición de Kremlin.
Esta pintura al temple, es decir, pigmentos mezclados con yema de huevo, nos enfrenta al doble misterio, por un lado, el de una mujer-madre y su hijo-niño, es decir, a la maternidad, y por otro lado, al de la Virgen-Hijo de Dios, es decir, la Trascendencia-Revelación-Encarnación de Dios en Humano. La Virgen de Vladimir es la primera aparición del tipo Eleusa, o de la Compasión que nos ha llegado y que tendría gran desarrollo. El gusto de la época exigía que la Madre de Dios fuese una madre humana. Su estilo presenta la misma seguridad sencilla y los mismos sentimientos humanos que en los frescos que Alejo Comneno, sobrino del emperador Manuel, hizo ejecutar en la iglesia de San Pantaleimon de Nerezi (Macedonia). La Virgen de Vladimir es considerado como el icono más grande de la Santa Madre de Dios, que el papa Juan XXIII proclamó patrona de la unidad de todas las iglesias.