El 25 de marzo la Iglesia celebra la solemnidad de la Anunciación del Señor, el momento preciso en que el Hijo de Dios se hizo carne en las entrañas purísimas de María Virgen. El Papa Juan Pablo II pidió en su encíclica “Evangelium vitae” que se celebrara cada año una “Jornada por la Vida”, para “manifestar el gozo por una vida que nace, y el respeto y la defensa de toda existencia humana”. La Iglesia proclamó el día de la Anunciación del Señor como fecha para celebrar cada año esta “Jornada por la Vida”, y la vigilia eucarística que tuvo lugar en el santuario la tarde del 24 de marzo sirvió como preparación inmediata, confiando en el poder de la oración ante la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía.
Por otra parte, la Conferencia Episcopal Española, además de organizar esta Jornada por la Vida, ha puesto en marcha un “Año de Oración por la Vida”. Se trata de lograr que de todas partes se eleve una súplica apasionada a Dios para que en la sociedad se acepte una “cultura de la vida” que defienda la existencia humana desde su concepción hasta su fin natural.