La solemne celebración de la Vigilia de Pascua culminó anoche los actos litúrgicos con los que la Iglesia conmemora la pasión, muerte y resurrección de Cristo durante la Semana Santa. El templo se encontraba lleno de fieles, en su mayoría jóvenes de toda España que están participando en convivencias organizadas por asociaciones juveniles en los alrededores del santuario y familias que disfrutan de sus vacaciones en el Alto Aragón. La liturgia comenzó en el atrio exterior, con las luces apagadas y la bendición del fuego del lucernario y la entrada en procesión con el cirio pascual encendido. De su llama se fueron encendiendo las candelas que portaban todos los asistentes, y todo el desarrollo de la Vigilia transmitió la alegría por la resurrección del Señor a través de los cantos, las campanas, las lecturas y la participación activa de los fieles. Al final, tras felicitar a la Virgen María con el rezo del Regina Coeli, la Coral Oscense, dirigida por Elisa Betrán, puso el broche de oro a su participación en la celebración con el canto del tradicional Aleluya de Haendel, que arrancó un entusiasta y generalizado aplauso en homenaje a su excelente trabajo, puesto al servicio de la piedad de los asistentes con calidad y gran cuidado en los detalles.