Unas tres mil personas asistieron al estreno absoluto de una misa conmemorativa del Centenario del beato Josemaría Escrivá, ofrecida en la tarde noche del viernes 16 por la Georg Solti Chamber Orchestra de Budapest, la Coral Oscense, la Coral Exaudi, de la Universidad de Valladolid, y el Coro Diocesano de la misma ciudad.
Presidió la concelebración eucarística D. Javier Ruza, Vicario de la Prelatura en Zaragoza, quien pronunció también la homilía.
La participación de ciento veinte músicos, tres solistas y tres coros resultó a juicio del consejero de Cultura y Turismo del Gobierno aragonés, Javier Callizo, “un momento de especial relieve en la conmemoración del beato, y he disfrutado mucho, con una misa realmente impresionante y preciosa”. El consejero resaltó también la participación y “la coordinación perfecta con la parte coral”. Asistieron además los alcaldes de Secastilla, Graus, El Grado y Abizanda.
La misa, con Soledad Mendive al órgano, fue compuesta por José María Muneta, director del Conservatorio de Teruel, Jesús Legido, profesor de Armonía de la Escuela Reina Sofía de Madrid, Aurelio Sagaseta, maestro de capilla de la Catedral de Pamplona, y Agustín Javier Santos, de la Cátedra de Musicología de la Universidad de Valladolid, y que fue el compositor principal. Asistieron todos al estreno.
La dirección corrió a cargo del ruso Dmitri Loos, que calificó el ambiente de “gran interés y expectación”, con “una coordinación facilitada por la preparación previa de las cinco partes que han intervenido”. Para Loos, que dirigirá próximamente a la orquesta del Teatro Bolshoi de Moscú, la Coral Oscense “es extremadamente profesional, con una afinación perfecta, es un conjunto muy trabajado, con un perfecto equilibrio entre las voces y cuerdas, capaces de adaptarse a la primera a un nuevo director”.
La Coral Oscense tuvo un importante protagonismo, ya que estrenó las obras de encargo. Conrado Betrán, su director, comentó que “las obras de hoy son de gran belleza e impacto, especiales. Corresponden a autores diferentes y con la orquesta no ha sido difícil lograr una combinación precisa. La gente disfrutó, ayudada por el entorno del santuario, desde el principio hasta el final”.
Soledad Mendive, responsable del Departamento de Música de Torreciudad, destacó por su parte “la calidad de la Solti Chamber Orchestra, su nivel interpretativo y su virtuosismo”, y mostró su satisfacción por “la buena impresión que se llevan de la belleza de Huesca”. Mendive alabó expresamente la forma de coordinar la ceremonia por parte de de la solista María José Egido, “su forma de dirigir y cantar realzó todo el acto, e hizo posible la participación de la asamblea”, afirmó. Fue también muy valorado el solista Esteban Hernández Castelló.
Por su parte, María Antonia Virgili, catedrática de Musicología en la Universidad de Valladolid y una de las promotoras de la jornada, dijo que “se ha mostrado toda la belleza de la música litúrgica, que es oración y arte, con una asamblea que ha participado, en una gran imbricación entre pueblo y artistas”.
El turolense Jesús María Muneta comentó que “es un reconocimiento para mí el que me encargaran el “Christus vincit” para el final. Tenía que ser un canto de apoteosis, de glorificación, un canto de cierre y grandioso, por eso hay metal y timbales que le dan una gran fuerza”.