Mare de Déu de la Cisa – Premiá de Dalt, Barcelona, Cataluña

 

En el milenario de esta advocación mariana, llegaron a Torreciudad un gran número de feligreses de la Parroquia de Sant Pere, de Premiá de Dalt, el día 29 de octubre de 1995, y depositaron esta imagen en recuerdo de su peregrinación.

 

INFORMACIÓN SOBRE ESTA ADVOCACIÓN

Eso sí, vaya historia que tiene, se trata de una talla gótica, de madera policromada que data de la primera mitad del siglo XIV. la Virgen de la Cisa no apareció en esta preciosa capilla que la acoge hoy, sino un poco más abajo del santuario, donde ahora se encuentra la Fuente de la Cisa. Hace unos cuantos años, nosotros no existíamos todavía, una pastorcilla del Mas de la Cisa solía venir mucho con su rebaño por la fuente por la que bajaba agua de la mina. Un día, un buey empezó a escarbar en el suelo y se hundió de golpe. Porque la pastorcilla al asomarse descubrió un cueva y dentro de ella, en una pequeña cavidad en la piedra, se encontró con una pequeña imagen que le gustó mucho y decidió llevársela a su casa. Cuál sería su sorpresa que al llegar a casa la imagen había desaparecido. Así que al día siguiente decidió volver por el mismo camino por si se le había caído, y… ¡se la encontró en el mismo sitio! Decidió volver a cogerla, pero cuando llegó a casa… había vuelto a desaparecer. Lo volvió a intentar pero le pasó lo mismo, así que al final decidió contárselo a los del Mas, que al verla se dieron cuenta de que no era una muñeca, sino la Virgen, y decidieron llevársela a la iglesia, pero… ¡Volvió a desaparecer! Así que entendieron que quería permanecer en este lugar y decidieron construir la Capilla de la Cisa para colocar la imagen.

Por aquel entonces había una pequeña disputa entre Premià de Mar y Vilassar, ya que intentaron llevarse a la Virgen, pero también desapareció. Para ver dónde quería estar la Virgen la colocaron mirando a Vilassar, pero misteriosamente se daba la vuelta y acababa mirando hacia Premià, y así sucesivamente, hasta que entendieron que era este el lugar en el que la Virgen quería estar. Desde la creación del Santuario, la Mare de Déu de la Cisa ha sido venerada por los pueblos de la costa del Levante que pedían su protección para cualquier dificultad y, especialmente, en las expediciones marítimas. Por todo esto se le considera una Virgen marinera.