El domingo, 20 de junio, se celebró en Torreciudad la 21ª edición de la Peregrinación rociera, organizada por la asociación Amigos Rocieros de Torreciudad de Sevilla. Varios centenares de devotos de la Blanca Paloma han acudido a esta convocatoria en viajes organizados por la Hermandad Rociera de Sabadell (Barcelona), la Casa de Andalucía de Lérida, la Asociación Cultural y Folclórica Andaluza de Tarragona, el Colegio Tajamar de Madrid, la Asociación Cultural Amigos de Andalucía de San Salvador (Tarragona) y el Centro Cultural de Andalucía de Reus (Tarragona), junto a familias de Zaragoza, Huesca, Barbastro y Graus. Los cantos, palmas y “vivas” a la Virgen del Rocío se sucedieron a lo largo de una jornada que ofreció al resto de visitantes una buena muestra de la característica alegría andaluza.
La mayoría de los peregrinos se concentraron a las 10’00 h. de la mañana en El Tozal (El Grado), y con los estandartes rocieros llamados “Simpecados”, iniciaron a pie el recorrido de 4 kilómetros hasta el santuario. “Nos alegra que este año se hayan incorporado dos asociaciones más, de Reus y de San Salvador” –comentó Carlos Hidalgo, Presidente de la asociación Amigos Rocieros de Torreciudad y organizador del evento desde hace 20 años- “y aunque no es como el Camino del Rocío, hemos podido vivir su mismo espíritu”.
A un kilómetro del santuario, en el Crucero, les esperaba la imagen de la Virgen, a la que portaron en andas rezando el Rosario hasta llegar a la explanada, entre avemarías y canciones acompañadas por guitarras y tamboriles. El bandeo de campanas resonó durante la procesión hasta el interior de la iglesia. A las 13’15 h. se celebró la Santa Misa, en la que los cantos litúrgicos corrieron a cargo del Coro “Alma y Compás” de la Casa de Andalucía de Lérida, y finalizaron entonando la popular “Salve rociera”.
Tras la comida de hermandad en la explanada se sucedieron diversos bailes y canciones, y por la tarde los peregrinos recibieron la Bendición con el Santísimo y despidieron a la imagen de la Virgen del Rocío, que regresaba a su lugar en la galería de advocaciones marianas del santuario.