Las representaciones del Nacimiento del Salvador que integran la ‘Ruta del Belén Altoaragonesa’ este año, incluyen como novedad los nacimientos de las localidades de Boltaña, Binaced y Alcolea de Cinca, junto a los ya tradicionales de Monzón, Esplús, Peralta de la Sal, Pomar, Graus, Almunia de San Juan y el Santuario de Torreciudad.
Como sucediera el año pasado se han editado 40.000 folletos con la Ruta, en el que hay un mapa con todo el itinerario, una descripción de cada uno de los belenes y los lugares de interés de las localidades señaladas. La Ruta cuenta además con el apoyo de las comarcas de La Ribagorza, Cinca Medio y La Litera, junto a la Diputación de Huesca.
Belén de Torreciudad
“Cuando el espectador lo contemple dirigirá su mirada a Jesús” Joan Mayné, escultor del monumental retablo de Torreciudad
El Belén del Santuario de Torreciudad destaca fundamentalmente por su atractivo artístico, ya que las tres figuras que componen la Sagrada Familia son esculturas esculpidas en alabastro por el célebre escultor catalán Joan Mayné. En concreto, estas imágenes de San José y la Virgen con el niño en brazos son de tamaño casi natural y de un enorme valor porque inspiraron al artista catalán a la hora de hacer el monumental retablo del santuario oscense, de 15m. de alto x 12m. de ancho.
El actual Belén de Torreciudad se colocó por primera vez hace veinte años, sustituyendo a otro anterior más sencillo. El establo que acoge las esculturas está inspirado en la estructura de una cabaña tradicional del Pirineo, midiendo 6m. de largo x 4m. de alto. Dicho cobertizo se levanta sobre varias vigas y traviesas de madera de pino, con paredes revestidas por costales -envejecidos con una ligera aplicación de betún de judea- y culminada con un tejado a dos aguas cubierto con paja. En la parte trasera de la estructura se puede ver un pueblo de pequeñas dimensiones situado sobre una montaña, localidad que el visitante aprecia a través del hueco que deja la apertura de la hoja superior de una ventana.
En el interior de la casa resaltan las imágenes de la Sagrada Familia, representada por las tallas de María, que aparece sentada sosteniendo en su regazo a Jesús, y de san José de pie a su lado. Como explica el propio Mayné “La Virgen está haciendo de cuna al niño y toda la luz va a parar a Jesús, para que todas las miradas vayan a parar ahí con el objeto de que, cuando el espectador las contemple también dirija su mirada a Jesús”. La escena navideña se completa con un la presencia de un pastor, llevando en sus brazos un corderillo, el buey y la mula recostados sobre el forraje y la paja, además de catorce ángeles dorados de distintos tamaños que revolotean por el portal, particularidad que se repite en otros lugares del santuario puesto que la titularidad de la Virgen de Torreciudad corresponde a la advocación de Nuestra Señora de los Ángeles.
Entre los detalles que sirven para adornar el pesebre navideño hay elementos típicos del mundo rural como una forca de madera para ventar la paja, un par de comederos -regalo de un vecino- candiles, faroles antiguos y elementos de cocina como la sartén sobre un caballete de hierro, junto a la chimenea que caldea la comida para los habitantes del hogar.