«Estoy estrenando una capilla familiar de Nuestra Madre de Torreciudad, ya ha visitado dos hogares y cómo me cuesta “arrancarla” para que pueda seguir su recorrido por el resto de las casas… El martes de la semana pasada llamé a una amiga para llevársela y me dijo que esperara porque estaba con un catarro muy fuerte y, como es de mucho riesgo, se iba a urgencias. Le diagnosticaron una bronquitis aguda y grave, pero finalmente le dieron el alta.
El miércoles fui a llevarle la capilla y le dio muchísima alegria, aunque se encontraba fatal y con una dificultad para respirar muy fuerte. Ayer la llamé para ir a verla y me recibió preparando la comida y diciendo “¡La Virgen me ha curado, estoy fenomenal!”. Está convencida de que Nuestra Señora ha potenciado completamente el tratamiento y ha sido muy eficaz. Le costó mucho dejarnos marchar y le prometí volver para llevársela de nuevo.»
Juli