Mons. Manuel Ureña afirma que “el matrimonio es irrescindible y eterno”

16 de September de 2006

Monseñor Manuel Ureña, Arzobispo de Zaragoza, ha presidido esta mañana en el Santuario de Torreciudad la XVII Jornada Mariana de la Familia, seguida por unas 10.000 personas procedentes de toda España.

La multitudinaria convocatoria del centro internacional de peregrinaciones ha tenido como puntos centrales las ofrendas realizadas por las familias y una concelebración eucarística oficiada por el arzobispo de la diócesis Zaragoza, sobre el altar situado en la explanada exterior del santuario oscense.

Durante la homilía, Mons. Ureña ha dicho a los asistentes que “estamos reunidos para celebrar el matrimonio como expresión privilegiada en el mundo del amor que Dios es y con que Dios ama”. En este sentido, ha continuado afirmando que “celebrar la familia incluye, naturalmente, como espontáneamente, el matrimonio entre un hombre y una mujer porque ese es el verdadero matrimonio. Celebramos a la familia en su realidad creada y por tanto en su realidad natural, como algo que emerge de la misma naturaleza del hombre, mutante y cambiante pero ante la cual se estrella toda ideología”. Al mismo tiempo, Ureña ha asegurado que “podrán cambiar los tiempos y las modas pero lo que es natural, grabado en el ser humano y desde el mismo día de la creación, no lo podrá cambiar nunca nadie”.

A lo largo de la homilía, el arzobispo aseguraba que “la familia no es solo la célula básica de la sociedad, en la cual el hombre nace, vive y crece. En Jesucristo el matrimonio ha pasado a ser un sacramento por cuanto es un signo del amor con que Cristo ama a la Iglesia”. En cuanto a la situación del matrimonio en el actual contexto socio-político de nuestro país, ha dicho que “el pecado ha intentado alterar una institución de derecho natural, creada por Dios en el acto mismo de la creación, por tanto, en cuanto tal, no dada positivamente por Cristo sino dada de la misma creación. El hombre en cuanto se convierte a sí mismo en objeto de contemplación puede descubrir por la luz de su razón natural. Cualquier intento de atentar o cambiar la esencia del matrimonio y de la familia está condenado al fracaso.

Después, Ureña ha afirmado que “el matrimonio es una institución natural que está formada por un binomio de auto-donaciones. Por eso, -confirmaba- el matrimonio es irrescindible, es eterno; porque el vínculo es el vínculo existente entre dos realidades fruto de dos expropiaciones que forman una realidad en sí mismo, objetiva, la cual es indestructible”.

Respecto de los hijos, el arzobispo de Zaragoza, ha dicho que nacen “fruto de un amor objetivo, que no cansa nunca y que aunque con el paso del tiempo pueda perder carga sentimental no significa que pierda en objetividad”. Por ello, animaba a los padres a cuidar el despertar religioso y ser los educadores desde los primeros años: “Se nos vende constantemente de que las nuevas generaciones se forme por sí mismas para que decidan el día de mañana. La naturaleza del hombre siendo objetiva e incambiable sí es tergiversable y manipulable, y se la puede positiva históricamente orientar hacia fines totalmente contrarios hacia su verdadera esencia”.

En estos momentos, cuando se está en el ecuador del encuentro familiar, se está celebrando el festival musical de las familias, que acabará a media tarde con la posterior procesión y rezo del Santo Rosario, en la que los asistentes llevarán sobre los hombros las andas con la imagen de la Virgen de Torreciudad por el exterior del templo mariano.

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