Hoy ha fallecido en Zaragoza a los 91 años de edad el valenciano Heliodoro Dols Morell, arquitecto de Torreciudad. Madrileño de formación y aragonés por adopción, formó parte de la célebre CX promoción de la Escuela de Arquitectura de Madrid, titulados en el año 1959, entre otros, Fernando Higueras, Curro Inza, Miguel de Oriol, Eduardo Mangada, Luis Peña Ganchegui y Manolo Jorge.
Junto a un joven Antonio López, Heliodoro ganó el Premio Nacional de Arquitectura en 1965 con el diseño de una fuente en la plaza monumental de Pedraza. Entre 1963 y 1975 se dedicó casi exclusivamente al proyecto de Torreciudad, por lo que Dols fijó definitivamente su residencia en Zaragoza en 1973 y su obra se ha desarrollado principalmente en Aragón.
Sobre su trabajo en Torreciudad, Heliodoro dejó escrito: «Los cinco años vividos a pie de obra supusieron una extraordinaria experiencia tanto en el plano profesional como en el humano. Traté de que su tamaño fuera humano, me gustó hacer algo para la Madre de Dios e intenté poner mi cariño en el estudio de los ensamblajes de aquellas piedras y ladrillos. Gracias a todas las personas que colaboraron allí se pudo hacer Torreciudad. Y gracias al empeño, esmero y cariño que pusieron en su construcción se hizo realidad. Este fue el motivo por el que san Josemaría, el fundador del Opus Dei, nos dijera cuando lo vio terminado: con material humilde, de la tierra, habéis hecho material divino».
La calidad de la arquitectura de Torreciudad ha sido sancionada por arquitectos como César Ortiz-Echagüe, Antonio Lamela, Francesc Mitjans, Regino Borobio Ojeda y Fernando Chueca Goitia, entre otros. Se trata de un proyecto basado en la tradición y la arquitectura popular de Aragón; un proyecto complejo y orgánico cuya identidad se consigue a través del recurso a los materiales cerámicos típicos de la región, buscando, en la escala del paisaje, emular los pueblos del entorno.
La gran aportación de Torreciudad es el bello acuerdo entre una arquitectura de innegable filiación moderna y una ambientación de corte más tradicional. Ciertamente es la obra más importante de su trayectoria, en la que incluyó numerosos ejemplos de la arquitectura popular del Alto Aragón inspirándose en elementos presentes en Angüés, Graus o Aínsa entre otros, pero no la única. Ahí queda el Colegio Mayor Peñalba –verdadera escultura de ladrillo–, la rehabilitación de la basílica de Santa Engracia y las viviendas y plaza de San Bruno en Zaragoza; el edificio para ERZ en Jaca –hoy sede de la comarca de la Jacetania–, el edificio de Juzgados en Boltaña, el edificio de servicios de viabilidad invernal en Bielsa, el convento de Carmelitas Descalzas en Huesca, la Casa de los Escrivá, la iglesia dedicada a san Josemaría, el monumento de Rafael Fernández de Vega y la ordenación de la Plaza Diputación, las cuatro obras en Barbastro, así como el Informe Técnico para declaración de Área de Rehabilitación Preferente del casco histórico de Boltaña y el Plan Parcial Llano de Samper (Jaca).
En el año 2014, la Institución Fernando el Católico le otorgó la distinción a su trayectoria profesional. La calidad de su arquitectura se hace más patente con el paso del tiempo. Precisamente este año Javier Domingo de Miguel ha publicado un libro titulado «Heliodoro Dols. Tradición, autenticidad, modernidad» en el que se expone de manera amena y exhaustiva toda su trayectoria profesional. Heliodoro Dols, doctor arquitecto y maestro de arquitectos, descanse en paz.
Por su interés, incluimos el vídeo con la grabación de la ponencia del arquitecto Santiago Sols titulada «Torreciudad como arquitectura sacra», pronunciada en el Centro de Congresos de Barbastro el 3 de marzo de 2012 durante la 37ª Reunión Anual de Delegados del Patronato de Torreciudad celebrada como homenaje a Heliodoro Dols.