El Santuario de Torreciudad se ha transformado este sábado 4 en el santuario de las familias al acoger 30.000 personas con motivo de la 15ª JORNADA MARIANA DE LA FAMILIA, el mayor encuentro de estas características que se produce en nuestro país, con el propósito de fortalecer y recordar a los hogares cristianos su ineludible condición de portadores de las raíces cristianas en la Europa actual.
La convocatoria ha comenzado a las 12 h., con la lectura de la Ofrenda de las Familias realizada por un matrimonio barcelonés con seis hijos y que, en acción de gracias y petición de todos los asistentes, pusieron a todos los hogares católicos bajo el patrocinio de Ntra. Sra. de los Ángeles de Torreciudad. Acto seguido, el rector del santuario ha bendecido múltiples productos y regalos ofrecidos por asociaciones familiares, matrimonios, llegados de numerosas localidades como Valladolid, Galicia, Pamplona, Sevilla o del extranjero como Ecuador, Portugal y Francia. Se han realizado medio centenar de ofrendas y entre los obsequios más representativos destacar el “pañuelico” de San Fermín de una familia navarra y un bastón del peregrino, como ofrenda de un grupo gallego a la Virgen, con motivo del Año Santo Compostelano.
El acto central tuvo lugar con la concelebración eucarística presidida por monseñor Javier Echevarría, Obispo Prelado del Opus Dei, desde el altar exterior situado en explanada del santuario. Durante la ceremonia, corales de asociaciones de padres de alumnos de los centros educativos El Vedat de Valencia, Aitana y Altozano de Alicante, cantaron acompañados de la organista titular del santuario, Maite Aranzabal.
Durante la homilia Mons. Echevarria se ha referido al matrimonio como “sacramentum magnum”: signo eficaz de la presencia del Señor en el mundo y manifestación del amor indefectible con que Cristo ama a su Iglesia y la hace fecunda. Hemos venido a reafirmar, con el Papa Juan Pablo II, que “en la visión cristiana del matrimonio, la relación entre un hombre y una mujer –relación recíproca y total, única e indivisible– responde al proyecto primitivo de Dios”.
En otro momento, también ha señalado que la Jornada Mariana de la Familia es “expresión inequívoca de nuestro compromiso de “proponer con fidelidad la verdad sobre el matrimonio y la familia”, tal como la hemos recibido de Dios. A través de su Vicario en la tierra (el Papa Juan Pablo II), el Señor nos convoca para vivificar la sociedad con las enseñanzas perennes de la Iglesia, pues “son muchos los factores culturales, sociales y políticos que contribuyen a provocar una crisis cada vez más evidente de la familia”, y que a veces llegan a desvirtuar “la idea misma de la familia”.
El Prelado del Opus Dei animó a las familias presentes que tuvieran “la gozosa certeza de que sois la esperanza de la Iglesia y del mundo. El Señor espera a nuestra fidelidad –unida a la de tantos otros– para iluminar este mundo, el Señor cuenta con vosotros –en palabras de san Josemaría– “para ahogar el mal en abundancia de bien” y para llevar de nuevo al mundo el mensaje salvador de su Evangelio”.
Finalmente, pidió a los fieles reunidos que profundizaran en las enseñanzas de San Josemaría Escrivá de Balaguer “Su predicación está llena de ejemplos que rezuman sentido cristiano y sentido común, válidos para todas las épocas. No me resisto a transcribiros alguna de sus espontáneas consideraciones: “A los que estéis casados os felicito; pero os digo que no agostéis el amor, que procuréis ser siempre jóvenes, que os guardéis enteramente el uno para el otro, que lleguéis a quereros tanto que améis los defectos del consorte, siempre que no sean una ofensa a Dios”.
Al finalizar la Misa, se leyó un mensaje del Santo Padre dirigido a los asistentes con ocasión del evento, trasmitiendo su Bendición Apostólica.