Bartolomé Menchén nos envía desde Málaga esta preciosa poesía dedicada a Nuestra Señora de Torreciudad, inspirado por su reciente estancia en el santuario.
Virgen de Torreciudad,
Señora del Somontano,
con esos ojos enormes
que acercan lo más lejano;
con esa rosa en tu mano
que perfuma nuestra vida;
y con Jesús, nuestro Hermano,
curándonos las heridas.
Hay algo más que perdón
en esos riscos serranos:
nos sentimos más humanos,
pero al tiempo más divinos,
porque la Virgen que es Madre
va preparando el camino.
Torreciudad, 23 de febrero de 2018
Bartolomé Menchén