Durante el mes de julio cuatro seminaristas han prestado un gran servicio al santuario ayudando en diversas tareas relacionadas con el culto y la atención de peregrinos y visitantes. Estos jóvenes han dedicado muchas horas a esta práctica pastoral que les servirá como experiencia para sus futuras responsabilidades en la Iglesia.
Óscar Andrés tiene 22 años y es colombiano. Sus conocimientos musicales como pianista le han orientado a cultivar la música litúrgica y, entre otras tareas, le han permitido ayudar como organista auxiliar del santuario: «he adquirido mucha experiencia tocando durante los actos de culto y aprendiendo tantas cosas sobre el acompañamiento litúrgico bajo la dirección de la organista titular de Torreciudad, Maite Aranzabal».
Kenneth es un joven ugandés de 24 años al que le ha sorprendido muy positivamente el ambiente de adoración eucarística que se vive en el santuario: «no me podía imaginar ver a niños pequeños con sus padres, familias enteras de rodillas delante del Señor, en un ambiente de oración que a mí me ha emocionado…».
Abel proviene de Guatemala y tiene 26 años. «Yo me preguntaba qué clase de pastoral es la que hay que hacer en un santuario mariano, y leyendo un poco, me encontré que la respuesta la da el papa Francisco: se debe hacer la pastoral de la acogida. Y eso vi que se hacía aquí, y eso me puse a hacer, que el visitante se sienta al llegar como en casa. Esa ha sido mi experiencia».
Los tres viven en el Seminario Internacional Bidasoa de Pamplona y estudian en la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra. Rodrigo nació hace 23 años en México y estudia en el Seminario Internacional Sedes Sapientiae de Roma. «Lo que aprendemos en el seminario acerca de la necesidad del orden en la liturgia y en la vida espiritual personal, aquí se comprende en la práctica a la perfección: funciona, lo he visto con personas muy alejadas de la fe. Y el encuentro con María es lo decisivo: el amor a la Virgen lo transforma todo, eso lo he aprendido aquí también».