La XXI edición del Ciclo Internacional de Órgano de Torreciudad ha comenzado su andadura hoy viernes con la brillante actuación del dúo de trompeta y órgano formado por Ángel San Bartolomé y José Santos de la Iglesia, respectivamente.
Ambos intérpretes mantienen una intensa labor concertística y de divulgación del repertorio de los dos instrumentos, con grabaciones y publicaciones. Aunque el protagonismo en el Ciclo corresponde siempre al órgano, el público agradece cada vez más las actuaciones en las que se combina con otros instrumentos, como en esta ocasión.
Los músicos ofrecieron un espléndido programa centrado en el Barroco (en las obras a dúo), periodo en el que abundan composiciones concebidas para este tipo de formación en las que se busca, entre otras cosas, el contraste tímbrico. En esa época se escribieron muchos conciertos para trompeta porque era un instrumento muy popular, simbólicamente unido a la imagen del héroe. Las dos obras para órgano solo que interpretó José Santos de la Iglesia mostraron la riqueza tímbrica del gran órgano de Torreciudad, obra de Gabriel Blancafort, Maestro organero. El sonido de sus 4.072 tubos llenó el templo con una armoniosa sensación de inmensidad.
En palabras de Hakan Hardenberger, afamado trompetista sueco, “La trompeta es el único instrumento que puede desafiar en un combate al órgano”. Esta afirmación quedó patente en el concierto del viernes, que comenzó con 4 canciones de clarines. Esta pieza es una transcripción para trompeta y órgano de una obra originalmente escrita para órgano solo. En cada una de las canciones hubo un sugestivo diálogo entre trompeta y órgano.
En la Fantasía nº 5 de Merkel, obra emblemática del romanticismo organístico alemán, se reflejó la tradición asentada en el contrapunto de la música de Bach. La magistral interpretación de Santos, los llenos del comienzo y final frente al clima intimista de la parte central, contribuyeron a crear una atmósfera especial. Se trata de una composición de gran solidez arquitectónica, densa melodía y estructura genuinamente organística.
De nuevo una obra a dúo, esta vez el Concierto en Re Mayor de Telemann, escrito durante su época en Hamburgo. La música de este compositor, modélica en su factura, ágil e intuitiva, compendia con gran destreza la sobriedad alemana, la elegancia francesa y la brillantez italiana, en un estilo fresco y dinámico. Características que quedaron reflejadas en la impecable ejecución de la partitura.
En las Variaciones sobre “Merck toch hoe sterc” Santos consiguió combinaciones de registros contrastantes que daban dinamismo a la pieza, cargada de una profunda melancolía. Obra poco divulgada en este país del holandés Cor Kee, en la que toma como fundamento una vieja tonada renacentista que exalta el patriotismo frente al ejército invasor, en este caso español. Cor Kee, eminente improvisador, desarrolla una serie de variaciones en las que el color tímbrico, la destreza armónica y la viveza rítmica eclosionan en una obra abierta, llena de sugerencias y matices e imbuida de una gran sabiduría en el uso de la alternancia de los recursos organísticos.
El recital finalizó con el Concierto en Si bemol Mayor de Albinoni, una obra brillante, melódica, luminosa del popular autor veneciano que tan solo se consideraba como un músico