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Nos escriben para contar un favor de la Virgen de Torreciudad relacionado con difíciles trámites burocráticos en otro país.

Escribo para contar que la Virgen de Torreciudad me ha hecho un gran favor. En julio tuve la oportunidad de pasar tres semanas muy cerca del santuario, y todos los días fui a ver a la Virgen para rezarle y pedirle algo muy difícil: que me consiguiera el permiso de residencia en el país en el que vivo desde hace diez años. Es un proceso bastante complicado que se tiene que gestionar con la Policía de Inmigración, que tiene los grados de corrupción más altos de la nación. Además, todo es tremendamente burocrático, como herencia de su pasado como república soviética.

Hace dos años la puerta para conseguir ese documento se cerró, con una ley que -aunque después cambió-, no daba ninguna garantía. De hecho, no conozco a nadie que desde entonces lo haya conseguido.

Así que pedí lo imposible, y a la vuelta de esa temporada en España reuní otra vez todos los papeles necesarios, y después de que me los rechazaran varias veces por nimiedades de forma, conseguí entregarlos en septiembre. Seguí rezándole mucho a la Virgen, y pedí a varias personas que lo hicieran conmigo, especialmente a una amiga que tuvo la oportunidad de estar en Torreciudad durante ese tiempo.

Y hoy, por fin, me han entregado el carné de permiso de residencia. Para mí supone un milagro, y también el que la Virgen me haya mantenido con ánimo en estos meses de espera y me haya dado más confianza en Ella y en su poder delante de su Hijo. ¡Gracias, Madre mía!

A.