La organista rusa Marina Omelchenko protagonizó el viernes la segunda actuación del ciclo de órgano de Torreciudad. En medio de un extraordinario silencio que guardaron los más de trescientos asistentes, la intérprete desarrolló un programa en el que pudo disfrutar, según sus propias palabras, “de un sonido maravilloso en una iglesia maravillosa”.
El concierto comenzó de la mano de Bach y su «Fantasía en Sol Mayor» para continuar con diversas piezas del siglo XIX. El «Regina coeli» y la «Salve Regina» del compositor americano Everett Titcomb evocaron ambientes celestiales, al igual que la plegaria para la Liturgia Ortodoxa «Cheruvini song», de Tcherepnin, cuya interpretación efectivamente parecía un canto de ángeles. Muy reconocible por el público fue el «Tríptico para órgano sobre dos temas de la Salve Regina» de Trapp, y se pudieron escuchar diferentes registros solistas como el oboe o distintas flautas en «Dawn on the Moskva River» de Moussorgsky.
La actuación culminó con los acordes vivos y repetitivos de la improvisación sobre «Nun dankett alle Gott» (Demos gracias a Dios) de Franz Liszt, uno de los corales más conocidos en lengua alemana. Al llegar al «tutti» final, Omelchenko exprimió los recursos sonoros del gran órgano del santuario de 4.072 tubos, obra del maestro organero Gabriel Blancafort. El bis fue muy brillante, broche de oro de un concierto atípico con compositores americanos y rusos. La organista ofreció una selección muy conocida del ballet «Romeo and Juliet» de Sergei Prokofiev.
Omelchenko declaró que le ha gustado mucho la comarca del Somontano porque ha podido degustar sus vinos y el tomate rosa, además de disfrutar de su característico paisaje rural. De hecho, quedó sorprendida cuando en la catedral católica de Moscú, donde ella trabaja, un grupo de mujeres le comentó que era muy afortunada al poder conocer Torreciudad y su entorno. Habitualmente se distribuyen en la catedral estampas de san Josemaría con la referencia a su lugar de nacimiento.
También tuvo ocasión de visitar Roda de Isábena, donde le facilitaron probar el maravilloso órgano de su catedral. Le sorprendió encontrarlo en perfectas condiciones, siendo un instrumento del siglo XVIII. Disfrutó paseando por sus callejuelas, haciendo multitud de fotos y vídeos que mandó a su familia. También hizo una breve visita al pueblo de Artasona.
La próxima actuación será el viernes 17 de agosto a las 19:00 h. El dúo formado por Justo Sanz, clarinete, y Maite Aranzabal, titular del órgano de Torreciudad, ofrecerá un programa fruto de su estrecha colaboración en cuanto a trabajo tímbrico y adaptación de las piezas. Nunca falta en sus conciertos la inclusión de obras del gran saxofonista Pedro Iturralde, amigo común de ambos intérpretes. En este concierto asistiremos al estreno absoluto de la obra «Ob audire Opus 156», del compositor Antonio Noguera.