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Jaime Bernar, director de proyectos de la ONG Zabalketa, que trabaja en proyectos de cooperación al desarrollo, declara que “ante el ambiente festivo de estos días pasados, la solidaridad es más que organizar maratones o festivales. Ante esto las organizaciones pedimos tanto a la sociedad como a los gobiernos compromisos estables y no limosnas esporádicas”. La ONG Zabalketa, creada en Bilbao en 1990, cuenta con la subvención de la Agencia Española para la Cooperación Internacional, el Gobierno Vasco, cajas de ahorros y bancos.

Jaime Bernar, que ha participado en unas jornadas en Torreciudad, lleva más de 15 años desarrollando y dirigiendo iniciativas sociales en 22 países de África, Latinoamérica y Asia, incluidos los conflictivos Nigeria y Colombia. Bernar afirma que “la movilización social en relación al caso del Prestige es un ejemplo de la capacidad que tienen la sociedad de hacer reaccionar a los políticos, que es el objetivo de las organizaciones de cooperación al desarrollo”, afirma Bernar.

Entre los trabajos de Zabalketa, este abogado destacó “el programa de manejo sostenible de recursos selváticos con las comunidades guaraníes en Bolivia, el programa integral para la promoción de la mujer en zonas urbanas marginales de Perú o el proyecto de atención primaria de salud para las comunidades Iboo en Nigeria, entre otros”.

En su opinión, “el desorden mundial es tan grande que la solución pide primero compromisos directos y estables por parte de los ciudadanos. Junto a la labor de las ONG, hay que cambiar toda una estructura estable de poder, de relaciones internacionales, de tensiones y de intereses que están en la base de tantas injusticias. Debemos ser conscientes de que estas cuestiones se deciden en el primer mundo y por esto la sociedad civil tiene que ser capaz de argumentar soluciones”.

Aseguró que “la globalización es positiva y negativa. Por ejemplo permite conocer y reaccionar ante situaciones puntuales, pero, al mismo tiempo, está el caso de las grandes compañías trasnacionales, que piensan que todo vale con tal de generar beneficios. Perú es el mayor productor de cobre del mundo, pero su precio se decide en Londres”.

“La manera que cada ciudadano tiene de reaccionar- puntualiza Bernar- es influyendo en el funcionamiento de las grandes compañías. Simplemente con la modificación de sus criterios de compra de una marca por otra. Porque no todo vale para un accionista con el fin de ganar beneficios”.

Jaime Bernar señaló que el compromiso social no supone de ordinario trasladarse a esos lugares de conflicto, sino afrontar desde el lugar de cada ciudadano el objetivo de cambiar una estructura de valores y comportamientos. La sociedad debe dirigir a los políticos en estas cuestiones, como ha ocurrido en Galicia con el Prestige, donde los voluntarios han hecho que los políticos fuesen detrás tomando las medidas oportunas”.

En relación a si es la Navidad el tiempo de la solidaridad, Bernar opina que “es más bien un tiempo para plantearse las cuestiones y los valores más de fondo, pero no sólo para realizar acciones circunstanciales de solidaridad. La solidaridad tiene que ser una cuestión más vital. No es tiempo de limosnas, sino de compromisos estables”.