Queridísima Madre: En breve termina este 2019, lleno de sufrimientos, de penas no entendidas, pérdidas de familiares, operaciones, alegrías compartidas, estabilidades laborales. Momentos de haber podido ir a verte en verano con tanta ilusión…
Todos tenemos mil deseos en el corazón, algunos tangibles y otros no. Yo quisiera Madre que en este nuevo año me enseñes a ser santa agarrada de tu mano, que prendas la llama del amor en mis padres, que des salud a los míos, que seamos felices con lo que tenemos… También te pido por ese nudo que ahí sigue colgado, que lo desates con amor para saber a dónde voy. No quiero derramar más lágrimas por todo esto. Hazme fuerte en mi debilidad. Que se cumplan los sueños de los míos, y los de mis amistades. Y ya por pedir te pido, que me cambien los horarios de trabajo para mejor. Conocer gente nueva en este lugar para hacer frente a esta soledad.
Quiero Madre seguir siendo la pequeña esclava de tu Hijo y enamorarme cada día mucho más para darle todo lo mejor de mí.
Madre, yo creo en tí. Concédeme lo que tanto anhelo y aunque no llegues a concedérmelo, igualmente te doy las gracias por ello porque yo sé que no todo me lo merezco.
Te quiero con locura.