Madre Mía:
En este mes de Junio me preparo para consagrarme de nuevo al Corazón de tu hijo. Me embarga la alegría de poder hacerlo después de varios años pero más, al saberme tan amada por Él.
Quisiera Madre durante este tiempo, aprovechar al máximo la gracia de poder consolar su Corazón herido, de reparar tanto mal cometido pero si te soy sincera, a veces no sé cómo hacerlo…
El Corazón de tu hijo es un misterio y dentro de ese misterio, he encontrado el amor verdadero. Me he enamorado como una chiquilla y me he adentrado tantas veces en él de puntillas…
Allí he descubierto cosas bellísimas y me he sentido la criatura más pequeña. Cada recoveco es un lugar acogedor, lleno de la fragancia de ese amor infinito que se te contagia desde que pones el pie en la entrada… En este Corazón de hombre, Madre, he palpado su dolor por cada uno de nosotros y he visto también, cómo nos ama en particular a cada uno…Cuando mis ojos ven en vivo y en directo cuánto me ama a pesar de mis miserias…caigo de bruces porque realmente no hay Amor más grande.
Muchas veces el miedo me paraliza y me oculto en su interior para acurrucarme sin decir nada. Es entonces cuando desaparece y me hago en mi debilidad, más fuerte. Él me arropa con esos latidos suyos y me hace sentirme viva porque mi corazón late junto al suyo.
Ese Corazón es refugio, es hogar, es un lugar que todos deberíamos visitar a menudo. Siempre está abierto para todos las 24 horas del día, los 365 días del año.¡ Cuánto anhela que entremos sin pedirle permiso! Que caminemos por esos pasadizos de Amor Divino, que nos sintamos cómodos en Él…que estemos con Él.
Madre, este Corazón se formó en tu vientre y quién mejor que tú, puede enseñarme a amarle como se merece…porque para mí, ese Corazón es mi TESORO. Es el que ha hecho la mujer que soy hoy, el que me lleva tatuada en la palma de sus manos, el que me dice tantas veces que soy la Niña de sus ojos…Ese Corazón que tanto ha sufrido cuando me ha visto fuera de su camino, el que ha llorado de dolor por mis pecados…y sin embargo, ¡sigue amándome tal y como soy! Si es que no me lo merezco, Madre Mía pero lo necesito. Dame un corazón semejante al Tuyo para que ame como sólo tu sabes hacer.