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Es tiempo de María…

Me crucé con tu mirada,
esa mirada tuya
que me deja embelesada.

Penetras hasta el fondo de mi alma,
me despojas de mi coraza
y a amar me enseñas con ternura.

Quiero aprender de ti
tu manera de sufrir
pues aún teniendo desgarrado el corazón
eres mujer valiente y fuerte.

Mujer de sonrisa permanente,
de dulzura en la mirada,
de gestos tan maternales,
déjame que en tu regazo descanse
abrígame bajo tu manto amoroso
y no  dejes nunca que de tu vera, me aleje.

Te miro y solo te digo
¡Qué bella eres, Madre Mía!
¡Qué orgullosa me siento al ser tu hija!
Te quiere.Sandra.