Querida madre. Perdona por no escribirte en todo este tiempo. Ha sido un no parar pero no hay excusa para hablarle a mi madre. Intentaré hacerlo de veras más a menudo. Te queremos. Sigue cuidando de Sebas y mi hijo Javier en especial. Y ahora tengo una petición de última hora. Mi amiga Teresa y su familia necesitan tus abrazos y arropo. Cúrala y protégela a ella y a su familia dale las fuerzas para llevarlo lo mejor posible. Es un duro camino pero te pido los guíes y no dejes.
Gracias madre mía. Que te quiero mucho y te llevo en mi corazón. Ayer apareciste en casa en la capilla domiciliaria y te recibimos felices. Pero ya esta mañana te lleve con Teresa que te necesita más.
Un beso enorme y siempre contigo.
Te queremos. Tu hija que falla y recomienza una y otra vez cogiendo tu mano.
Gracias y más gracias. Un beso enorme. Hasta pronto madre querida.