Querida Virgen de Torreciudad:
Tú que eres madre, acógenos bajo tu manto, en estos
duros, durísimos momentos.
Tu que eres madre, enjuga nuestras lágrimas, cuando haya caído algún ser querido en esta dura batalla y dulcifica el momento de ir al padre.
Tú que eres madre, dale fuerzas renovadas a todos los que nos cuidan desinteresadamente, aún poniendo en peligro sus propias vidas…»héroes de bata verde».
Tu que eres madre, da esperanza y consuela a los que sufren profundamente por culpa de esta terrible pandemia que parece no tener fin…
Tú que eres madre, ayúdanos a superar cuanto antes ésta dura, durísima prueba que, cuando nos creíamos invencibles, nos ha puesto la vida por delante.
Que tu corazón amabilísimo renueve nuestra entrega y nos acoja en tu seno para afrontar los duros momentos que aún nos quedan por vivir.
Confiados en que tu corazón amabilísimo finalmente vencerá!
Oh dulce Virgen de Torreciudad no desoigas el grito profundo de la humanidad, que en estos momentos clama desgarrada…
Mira a tus hijos con amor de madre y ve en nosotros el grandísimo sufrimiento que nos angustia y asfixia,
Y ten a bien interceder por nosotros para una pronta y definitiva curación.
Confiando ciegamente en tu corazón de madre, nos abandonamos sin recelo en tus delicados, acogedores y tiernos brazos.
Bajo tu amparo madre, recobraremos el sentido de nuestra vida.
Dios nos lo conceda por tu intercesión!
Amén!