Queridísima Madre:
Vengo corriendo a tu encuentro con los ojos inundados en lágrimas y de un salto, en tu regazo me siento y te beso y achucho con mucho cariño. Gracias por el milagro que me has concedido.He conseguido ese trabajo,con esas condiciones adaptadas a mí,puedo continuar mis clases y…estoy tan impactada que ni las palabras me salen…. Sé que no sólo ha sido mi perseverancia para contigo, sé que detrás hay mucha gente buena a la que quiero que ha rezado y reza mucho por mí y no sólo por esto del trabajo sino por mí,porque vuelva al camino que por las circunstancias que sean, he perdido.
Madre Mía, eres taaan buena conmigo que no te merezcooo. Te dije que si el milagro se cumplía, a verte iría, fuere como fuere.No sé cuándo, no sé cómo porque por trabajo es complicaino pero iré porque quiero estar contigo,porque quiero verte, porque quiero abrazarte muy fuerte,porque quiero que sigas «convirtiéndome» poquino a poquino, porque estoy en tus manos…porque soy tu hija…porque a pesar de mi gran rebeldía, para mí, siempre has sido muy especial, en resumen…..porque TE QUIERO con locura.
Ahora que estamos aquí las dos juntas,déjame que ponga mi corazón en el tuyo para que dónde tú vayas,yo también lo haga y de tu lado no me separé jamás. ¡¡No me sueltes Madre,no me sueltes por favor!! Espero con mucha ilusión nuestro encuentro tras más de un año….