Virgencita, te suplico cuides de mi hijo mayor tan desorientado…yo creo que ya no puedo hacer mucho más por él, te necesita, probablemente a mí también, pero yo ya no puedo…Aún recuerdo cuando era un bebé chiquitín, las grandes alegrías que me daba y su calorcito…por favor, dale tú a él tu calor y sobre todo ilumínalo y acompañale ahora y sácale de ese túnel extraño en el que se ha metido y le ha metido el ritmo de la vida…prótegele de todo mal y que sea lo que es un hombre bueno. Amén.