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Mi hija se trasladó vivir a Manchester (Inglaterra) y tiempo después me acompañó en un viaje a Torreciudad para pedirle a la Virgen encontrar un buen muchacho con el que casarse y formar una familia cristiana. Yo por dentro también pedía a la Virgen que se viniera a vivir (y encontrara trabajo) en la ciudad española donde vivimos sus padres. Al regreso mi hija estuvo en casa una temporada y empezó a salir con un antiguo novio, lo cual hizo que me pusiera muy contenta. Pero la Virgen tiene otros caminos, y al poco tiempo lo dejaron y mi hija quedó muy desilusionada y con deseos de volver a Manchester. Volví a pedir con insistencia a nuestra Madre de Torreciudad que esta vez escuchó mis ruegos: mi hija conoció a un chico excelente que ahora es su novio y con el que ya han empezado a hacer planes de futuro para contraer matrimonio.
Además, a los pocos días encontró trabajo, y también se está preparando con intensidad para unas oposiciones, porque yo le dije: «Mira, como todo esto es cosa de la Virgen, tú prepárate, que ya se encargará Ella de que todo vaya muy bien». Porque sus favores van con las cosas preparadas una detrás de otra, que si nosotros las organizáramos, lo haríamos mucho peor. Estoy convencida de que nosotros le pedimos a la Virgen con una boca muy «chica» (pequeña), porque no sabemos hacerlo de otra manera, pero Ella nos da «en catarata» y nos desborda. Espero poder contar pronto los siguientes milagros de Santa María en la vida de mi hija.