Torreciudad ha sido una gran experiencia espiritual, la primera vez, en Septiembre del año pasado, fuimos en agradecimiento por la mejoría de mi marido y a pedirle a la Virgen por nuestros hijos, que andaban muy descreídos. Cuando entramos a la capilla y vimos al Cristo, Él nos miró y nos caló el alma. Desaparecieron todas nuestras dudas y nos pusimos en sus manos. Y en las de la Virgen.
Nuestros hijos nos respetan y nos apoyan en nuestro camino dentro de la Obra de Dios, y poco a poco van comprendiendo y sintiendo el amor del Señor y de la Virgen.
La virgen Santísima salvó a San Josemaría y ha salvado a nuestra familia y ha unido nuestro matrimonio como si de nuevo fuésemos unos jovencitos recién casados.
Luego, en los primeros días de marzo, durante la reunión de delegados, estuvimos pidiendo mucho y ofreciendo por un bebé de nuestra familia que tenía grandes dificultades para nacer, el bebé estaba sufriendo y la mamá tenía fiebre alta. Después de la oración, cuando nos tuvimos que marchar porque ya se cerraba el santuario, nos llegó de inmediato la noticia de que el niño había nacido y ambos, madre e hijo estaban fuera de peligro.
(Otro milagro de la Virgen.)
Amo especialmente a la Virgen Nuestra Señora de los Angeles de Torreciudad, pues es una Teotókos, una portadora y cuidadora de Jesús, que con toda humildad le sirve de trono, permaneciendo ella detrás, sencilla, con una leve.sonrisa y una profunda mirada de amor a la humanidad y a cada uno de nosotros, de forma personal,.como cada madre quiere a cada hijo de forma individual.
Si no habéis ido, os animo a que vayáis y sintáis en el santuario la ternura, amor y comprensión que nuestra madre nos regala sin pedir nada a cambio, siempre en segundo plano, mostrándonos a Jesús, verdadero Dios y perfecto hombre, siendo ella la Reina del Cielo.
Ella vela desde su Santuario en el Pirineo por todos los matrimonios y por todos los niños, por todas las familias, no nos olvidemos de rezarle y darle gracias todos los días.
¡Viva Nuestra Señora de los Ángeles!