Como delegada, recuerdo siempre su buen humor, su alegría, su empuje para trabajar por la Virgen.
Sus homilías en la Misa de Coordinadores no las podré olvidar, tan profundas y tan llenas de amor a la Virgen.
En mi memoria una que jamás olvidaré, hablaba de la primera lectura «las aguas del santuario», hizo un simil con las gracias que se desbordaban del santuario de Torreciudad al mundo entero … ¡impresionante!.
Estoy segura que desde el Cielo don Javier nos ayudara mucho.
¡Descanse en paz!