¡Madre mía! ¡Señora mía! Ayúdame a solucionar mi pasado reciente profesional, ilumínales a ellos, que son mejores que yo. Lo que pido es lo justo y legal. ¡Madre! He aprendido a quererte y por ello debo pedirte, además, que me eches una mano en mis objetivos personales y profesionales. De ti dependen. Siempre tuya.