Madre querida, con mucha fe te pido no abandones a PJE, que con un santo apostolado puede glorificar mucho al Padre. Con humildad te pido me ayudes en perseverar en una vida intensa de oración, penitencia y ayuno a todo lo del mundo por su sacerdocio santo y por la salud del Santo Padre para que pueda seguir sirviendo a la Iglesia con mucha fortaleza, sobretodo en los momentos más críticos. Para Dios nada es imposible, su cansancio que llegue a mí y él pueda servir al Señor con fuerza y alegría. El mundo lo necesita.
Madre mía, yo confío en ti.