Santa María, Madre de Dios, te pido humildemente detengas una acción diabólica contra tus sacerdotes en mi país. Solo tú como Madre de Dios conoces mi petición y la fe y confianza con que la hago. Como seguramente lo hicieron cuando detuviste la Batalla de Lepanto con el Santo Rosario. Cuida y protege a tus sacerdotes que son tan pocos en el mundo e intercede ante el Espíritu Santo para que sean imitación de tu Hijo Jesús.
Te lo pido con toda mi alma confiando plenamente en tu bondad de Madre de la Iglesia.