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Virgencita: te doy gracias por haberme dado un halo de esperanza cuando más lo necesitaba, ya que la angustia y la decepción se habían apoderado de mí. Nos ponemos pues bajo tu protección para que este cambio de casa salga bien. Ayúdanos Madre, para mí esto ha sido el gran milagro de Navidad. Protégenos y que todo llegue a buen puerto. Sé que estás a mi lado.