Skip to content Skip to footer

Señora estoy angustiada, tan angustiada que no duermo. Mis noches se confunden con mis días y me consumo. Por dolerme me duele hasta el aliento. Ya casi no me quedan fuerzas para rezar. Te pido humildemente que me ayudes, porque el lunes voy al mèdico y me temo lo peor de lo peor. Que esté equivocada señora mía y todo se pueda solucionar favorablemente