Virgencita, hoy es un día muy grande en el que me siento muy especial, en el que no puedo mas que dirigirme a ti para darte GRACIAS por haberme ayudado a superar todas las dificultades que me han acechado durante los tres años de carrera, y por haberme dado fuerzas para seguir adelante y no rendirme. Sabes que muchas veces dudé que llegaría al final, por eso hoy vengo a gloricarte y a darte gracias. A ti, Madre, te debo tantas cosas. Madre, quédate siempre a mi lado y sé tú mi acompañante y mi guía. ¡Gracias, Madre!