¡¡¡Madre mía!!! Te pedí una vez que me ayudaras a encontrar a la persona con la que compartiría mi vida, y cuando menos me lo esperaba, me la pusiste delante. ¡Te doy gracias y te pido que sigas siendo mi guía! Y por eso te pido que arregles tú las dificultades, los nudos que hacen que no estemos juntos, y me gustaría irte a ver muy pronto.