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Unas trescientas personas participaron hoy en la XII Peregrinación Rociera a Torreciudad, con el fin de venerar la réplica de la Blanca Paloma que se custodia en el santuario aragonés desde 1991.

Una misa flamenca fue el centro de los actos, que contaron con participantes llegados de Sevilla y varias localidades catalanas y oscenses.

La copia de la Patrona de Almonte fue trasladada en procesión hasta el interior del santuario, sobre un trono de madera llevado por ocho porteadores, y que fue realizado por el ebanista sevillano José Luis Expósito.

Los actos comenzaron con una concentración de los simpecados y peregrinos y la misa flamenca fue cantada por el Coro Los Romeros del Pirineo, de la Asociación “Amigos Rocieros de Torreciudad”, con sede en Sevilla y organizadora de los actos.

El guitarrista Paco Fabián explicó que en la misa flamenca cada intervención va con un cante flamenco distinto, es decir, “el canto de varios palos, como por petenera, alegría, fandango, bandera o zorongo”.

Desde que en 1991 una réplica de la Blanca Paloma viniera al Altoaragón, cada año llegan numerosos peregrinos y andaluces residentes lejos de su tierra natal para venerar a su patrona, cuya copia se guarda en la Galería de imágenes del santuario.

Cada año se incorporan nuevos romeros a esta cita altoaragonesa. José Antonio Campos, presidente de la Hermandad de Sabadell, destaca que “esto es un día maravilloso en todos los aspectos, y nos hemos venido dos autocares”.

Otro grupo llegó con la Hermandad de Nuestra Señora de la Antigua de Hinojosa del Duque, Córdoba, y que tiene una hermandad filial en Cerdanyola del Vallés. Según su presidente, “contamos con casi quinientos hermanos y proyectamos traer al Altoaragón una peregrinación con la Virgen de la Antigua, que estamos haciendo en Córdoba”.

Hay representantes de las casas de Andalucía de Huesca y Fraga, así como de Barbastro. Ricardo Guerrero, de Huesca, destaca la coincidencia hoy con los auroreros de Vall de Uxó (Castellón), “que han solemnizado con la Marcha Real”.

El grupo sevillano ha incluido en su programa la visita a Zaragoza y el alojamiento de dos noches en la localidad de Aínsa, “una auténtica joya”, según Rafael Castro, coordinador de los actos.

Grupos procedentes de varias provincias asistieron a la misa flamenca. Un grupo de filipinos residentes en Barcelona destacaron las letras de los cantos, como el de “mi Virgen tiene el semblante de niñita enamorada, que a los primeros piropos sonríe ruborizada”.

El almuerzo campestre contó con la degustación de productos típicos. Silvestre señaló que “tomamos lo habitual en estas romerías, con jamón, caña de lomo, anchoa, manzanilla, porque hay que alimentar el cuerpo pero sin olvidar el alma”. Otros grupos tomaron “la comida de los aceituneros”, carne mechá, gazpacho, salmorrejo, tortilla, de todo, comenta Toñi, hermana mayor de la Hermandad de Sabadell.