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«Dejé a los pies de la Virgen de Torreciudad dos problemas muy grandes, pidiéndole todos los días que nos ayudara a solucionarlos. El primero, ponernos de acuerdo en un asunto entre los hermanos (somos 10 y es muy complicado), y el segundo, resolver con acierto una gestión importante sobre un campo que no se terminaba de arreglar e incluso podía volverse en nuestra contra. En apenas 2 semanas, todos los hermanos hemos sido capaces de ponernos de acuerdo, y se ha solucionado la gestión entre las partes respecto a la finca.

La Virgen de Torreciudad ha estado detrás de todo, no me cabe la menor duda, se lo he pedido especialmente a ella con insistencia y asunto resuelto. ¡¡Gracias, Madre mía!!»

Ana María