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La Patrona de Santander, la Virgen del Mar, presidió el domingo 15 una peregrinación al santuario de Torreciudad, y en la que una réplica de plata llevada por la Hermandad fue entregada al rector del centro mariano, “para contribuir a difundir la devoción a la Virgen”, según dijo Miguel Ángel de la Parte, hermano mayor.

La expedición santanderina, compuesta por un centenar de personas, incluyó en su viaje las visitas de Soria y Barbastro, además de la peregrinación convocada en el santuario de Torreciudad, punto medio de la Ruta Mariana con El Pilar y Lourdes. El santuario fue levantado bajo el impulso espiritual del beato Josemaría Escrivá, que deseaba “contribuir a que muchas personas amaran más a la Virgen, practicaran los sacramentos y pudieran mejorar en su vida cristiana”, según explicó el rector Javier Mora-Figueroa a los visitantes de Cantabria.

El rector hizo suya en varios momentos la petición “Virgen del Mar, déjanos llegar”, en referencia a su papel de guía para “ir y volver a Jesús”, según expresión del beato Escrivá, que será canonizado el próximo 6 de octubre. “Volver a Jesús, concretó el rector, puede hacerse a través del sacramento de la confesión, y por eso aquí hay cuarenta confesonarios, para que puedan darse los milagros interiores que el beato pedía a la Virgen”.

Miguel Angel de la Parte explicó que “desde hace un año queríamos venir, después de admirar este precioso lugar de oración, y traer a nuestra querida Patrona, para que formara parte de la Galería de advocaciones marianas, de forma que todos los que pasen por aquí puedan rezar ante la Virgen del Mar. Esa Galería es una muestra de la universalidad de la fe católica”.

El programa desarrollado en Torreciudad incluyó una visita por el recinto, en el que destacan el retablo de alabastro, la capilla del Santo Cristo, la cripta de confesonarios, la antigua ermita y el vía crucis. Los devotos de la Virgen del Mar asistieron a la misa solemne en honor de la Patrona y pudieron confesar y dejar ante la Virgen sus plegarias y peticiones.

Valoraciones

Agustín Salas, jubilado, es la segunda vez que viene, con la ilusión de traer la Virgen, y se refiere a “la gran devoción que tenemos en Santander y localidades de los alrededores”. María Jesús, ama de casa, dice que “es un acto muy bonito”, y Carmen Solana cuenta que la devoción data del s. XIX. Manuel Torres, trabaja en una fábrica de plásticos, y comenta que es un acto muy emotivo y piensa que “es un honor tener a la Virgen del Mar”. Ana viene desde Suanzes y habla de “una maravilla, algo poco visto”.

La Hermandad se fundó en 1993 y tiene más de quinientos miembros, residentes también algunos fuera de la capital, en otras provincias. Es la primera vez que dejan una réplica en un santuario, realizada en plata por un motivo de especial cariño y para difundir la devoción a la Virgen. Se ha restaurado su santuario y la devoción va a más, con asistencia multitudinaria en el día de la fiesta principal.