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La Orquesta de Cámara del Teatro Bolshoy, compuesta por dieciocho músicos de cuerda, ofreció un programa con Arenski, Haendel y Shostakovich, en el que mostró el alma doliente de Rusia, con música de gran dramatismo. Radio Nacional de España grabó el concierto, que forma parte de los Festivales de Aragón, y se emitirá el próximo 19 de septiembre.

La Orquesta de Cámara del Teatro Bolshoy de Moscú llenó al completo el santuario de Torreciudad en su actuación de la noche de ayer sábado, con más de mil aficionados que dedicaron largos aplausos a la coordinación de órgano y orquesta, bajo la dirección del ruso Dmitri Loos.

La Orquesta de Cámara del Teatro Bolshoy, compuesta por dieciocho músicos de cuerda, ofreció un programa con Arenski, Haendel y Shostakovich, en el que mostró
el alma doliente de Rusia, con música de gran dramatismo. Radio Nacional de España grabó el concierto, que forma parte de los Festivales de Aragón, y se emitirá el próximo 19 de septiembre.

Asimismo, especialmente emotiva fue la intervención de la organista titular de Torreciudad, Soledad Medive, que acompañó a la orquesta moscovita en la interpretación de la obra de Haendel, Concierto para órgano y orquesta de cuerda op. 4 num. 6. Esta interpretación fue posteriormente objeto de uno de los dos bis que se tocaron a petición del público al final del concierto.

Intimismo y alegría

Mendive explicó que «el programa elegido ha comenzado con el intimismo de Arenski, seguido de Haendel, con una explosión de alegría y donde el órgano acompañaba a la orquesta, para terminar con la sinfonía de cámara dedicada a la memoria de las víctimas de guerra de Shostakovich”. De su actuación señaló que “hemos luchado por lograr una gran conjunción, con el apoyo de un monitor de TV y cascos para paliar distancia».

Entre el público, que recibió los elogios del director Dmitri Loos, el matrimonio de Barbastro, Mariano y Josefa, destacaron la conjunción con la organista Mendive, mientras que el líder sindical Julián Lóriz, apostó por «la consolidación del festival, que asienta el turismo y contribuye al desarrollo de la región». Otra barbastrense, Rosa de Lacau, opinó que «ha sido una maravilla».

En parecidos términos se expresaron Elisabeth Gómez, estudiante de Bachillerato en Madrid, y que asiste al que ya es su tercer ciclo, además de la bruselense Caroline, de Bruselas, y Lorenzo, de Nápoles, quien habla de «música intensiva y sugerente».

Para el vallisoletano Luis Ausín, estudiante de Arquitectura y de música de cámara en el Conservatorio Pablo Sarasate de Pamplona, «ha sido una gozada escuhcar a Shostakovich en un santuario de la Virgen, y no resulta tan estridente como esperaba; es más, es una música que facilita la contemplación».

El catalán Ignacio de Ros destaca «tanto la primera parte con autores rusos, que son más difíciles, como la de órgano con cuerda y la de cuerda sólo». Mar Raventós está muy satisfecha, también porque «tienes la ocasión de pensar con calma en temas muy humanos y profundos».

Otra asistente ha sido la palentina Avelina Gómez, de Palencia: «He venido para cumplir una promesa hecha a san Josemaría, y ha sido una sorpresa encontrar esto, me ha gustado muchísimo». Su marido José Luis explica que «la última parte con Shostakovich me ha impactado, me ha traído a la memoria la II Guerra mundial y la ciudad de Stalingrado».

Por último, Antón Saracíbar, se hace eco de la «gran asistencia» y «el entusiasmo»: «he felicitado al rector y espero que estos ciclos sigan consolidando su calidad y asistencia».

Después de esta actuación y la de John Scott y María Nacy, el IX Ciclo Internacional de Órgano continuará el 22 de agosto con el Bilbao Brass Quintet, para terminar el 29 con el intérprete alemán Wolfgang Seifen.