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Manuel Casado Velarde, catedrático de Lengua Española, dijo hoy en Torreciudad que «lo que más decisivamente contribuye al éxito en la Universidad es la capacidad lectora y expresiva de los jóvenes. Por eso conviene prestar mucha atención, en la enseñanza secundaria y en el bachillerato, a la lengua y a la literatura, que son la clave de la competencia lingüística de los estudiantes».

Según Casado, que es vice-rector de la Universidad de Navarra, «la lectura de obras literarias, de grandes libros, resulta clave. Hay que fomentar el gusto por las obras de arte del lenguaje, especialmente por la poesía. Aprender de memoria algunos textos poéticos es un ejercicio muy recomendable». Para este experto, que intervino en un coloquio con jóvenes que comienzan los estudios universitarios, «la pobreza léxica es síntoma de pobreza mental: lo que no se sabe decir es porque no se sabe. La dependencia de la televisión nos sume en un estado mental inarticulado y rudo, inepto para el matiz y la exactitud, donde las palabras se eligen a bulto y por aproximación. Da lo mismo etéreo que deletéreo, deleznable que detestable, bienal que bianual».

«Pienso –dijo también- que la educación idiomática no es obligación exclusiva de los profesores de Lengua; incumbe a todo profesor, sea de Historia o de Matemáticas. Todo profesor es profesor de Lengua». A propósito del lenguaje de los periodistas, Casado Velarde manifestó que «la proliferación de libros de estilo en los periódicos ha producido cierta preocupación por la mejora estilística e idiomática en los medios impresos. Sin embargo, la radio y -sobre todo- la televisión, que son los que más influyen en el habla de la gente corriente, no siempre ejercen un influjo benéfico, debido, sin duda, a las prisas e improvisaciones con que se trabaja en el día a día. La calidad lingüística, como toda calidad, va siempre inevitablemente ligada a la reflexión, al pensar, a la lentitud».