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Un grupo de esforzados y valientes ciclistas ha llegado hoy al santuario para honrar a la Virgen en la quinta edición de una ruta de más de 170 km. que une Zaragoza con Torreciudad. Recibe este nombre en recuerdo de un gran favor de Santa María concedido a Diego, el hijo pequeño de Rafa, el organizador de la ruta. La cuarta edición tuvieron que hacerla desde casa, subidos al rodillo, debido al confinamiento domiciliario. Y este año se ha unido en los últimos 14 km. Mateo, hermano de 14 años de Diego.

«La Virgen de Torreciudad sigue cuidando y queriendo mucho a Diego y a todos nosotros —ha dicho Rafa al llegar—, y hoy han querido acompañarme once amigos porque la amistad es así: detrás de cada pedalada, de cada repecho, de cada kilómetro, estaban bombeando los corazones de estas grandes personas, más de un millón de latidos de empatía y de amistad».

En el presbiterio del templo, los ciclistas han recibido la bendición del rector del santuario, Ángel Lasheras, y después han comido con sus familias al aire libre en los soportales de la explanada. En la imagen inferior, Diego «ayuda» al rector a dar la bendición al grupo de deportistas.