La tercera actuación del Ciclo de Órgano de Torreciudad ha tenido hoy neto protagonismo aragonés, ha actuado el Grupo Durme, arraigado en la localidad oscense de Graus y formado por varios miembros de la saga familiar Lleida (los hermanos Santi y Enrique y su primo Fernando) y Ana Corellano. Han desarrollado un programa de música sefardí titulado «Lejaim», expresión que sirve como brindis y que se traduce «Por la vida».
En efecto, un repertorio vital y cuajado de emociones ha ofrecido este cuarteto al público que ha llenado la iglesia del santuario, tal y como expresaban los asistentes a la cantante, Ana: «Al terminar la actuación nos han resaltado la sinceridad de lo que transmitíamos, que se notaba que era verdad, que lo estábamos sintiendo. Para mí es uno de los adjetivos más bonitos: que te digan que conmueves, que de verdad llegas». Un concierto de excepcional calidad gracias al trabajo y la destreza de los artistas.
Santi se ha ocupado de la percusión, entre otras cosas ha tocado una darbuka, y ha subrayado que «se trata de un concierto diferente, con músicas muy antiguas, del siglo XV y anteriores, transmitidas por tradición oral, pero con una armonización nueva, renovada, con armonías y solos incluso con tintes jazzísticos, cuyo resultado es una música fresca, partiendo de melodías auténticas. Y actuar en este lugar mágico y único en Aragón ha sido una experiencia asombrosa».
El clarinete y el saxo soprano han estado en las manos de Fernando, que ha ejecutado varios solos con este último que han hecho vibrar de entusiasmo a los asistentes. «El concierto ha sido maravilloso —ha comentado al concluir—, el público ha estado fenomenal y las sensaciones que hemos recibido han sido espectaculares, en un marco incomparable. ¡Una maravilla!».
Enrique ha tocado el órgano positivo y el teclado, en ocasiones ambos instrumentos a la vez: los bajos con la mano izquierda en el órgano positivo, y la mano derecha, con sus dibujos y armonías, en el teclado, creando una atmósfera curiosa y diferente. «Para mí ha sido muy especial poder tocar el órgano positivo, porque le da una sonoridad muy adecuada al tipo de música que hacemos, que ha quedado muy bien empastada con el sonido del piano».
Como colofón del concierto, Ana ha explicado que «cuando hemos llegado al final, al canto de paz en hebreo Shalom Aleichem, el público ha cantado con el corazón, ha sido un momento muy especial, muy impresionante oír cómo te llegaban las voces de todo el santuario. Este canto de paz, que es tan especial, con tantas voces unidas, se ha hecho todavía más impresionante. Ha sido muy bonito».
Entre el público asistente se encontraban, entre otros, miembros de la Corporación Municipal de El Grado, la concejal del Ayuntamiento de Barbastro Pilar Abad y el presidente del Consejo Aragonés de Cámaras de Comercio, Manuel Rodríguez Chesa.