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La Capilla de Música Nuestra Señora del Pilar y la orquesta Cantantibus Organis han protagonizado una formidable actuación esta tarde en el santuario. Han interpretado el Requiem del compositor francés Maurice Duruflé, dirigidos por José María Berdejo. Este concierto tradicionalmente se ofrece el Sábado Santo para ayudar a meditar sobre el contenido religioso de estos días. El numeroso público asistente, que prácticamente ha llenado el aforo de la iglesia, ha disfrutado de una soberbia expresión musical. Para el director, «Torreciudad es como el monte Tabor, que hace exclamar como a san Pedro, «qué bien se está aquí», porque aquí se ama a la música y por lo tanto, nos hemos sentido amados», ha dicho al finalizar el concierto. El bis más emotivo ha sido la Salve que él mismo compuso para la Virgen del Pilar y que ha puesto al público en pie en un largo aplauso de homenaje a músicos, solistas y coralistas.